Capacitación del profesorado, cualificación de los profesionales, concienciación del usuario y cumplimiento de estándares de calidad, aspectos claves para el horizonte 2020, según los expertos que participaron en el seminario informativo sobre «La importancia de la formación de formadores en competencias medioambientales para el sector de la construcción», que organizó la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), con la colaboración de la Fundación Laboral de la Construcción, el jueves 10 de mayo, al que asistieron una veintena de representantes de instituciones y empresas de la industria de la construcción y del ámbito de la formación.
Mª Ángeles Asenjo, directora del Departamento Internacional de la CNC, dio la bienvenida a los asistentes y dio paso a Javier González, responsable de Proyectos Internacionales de la Fundación Laboral, que habló de las «Alianzas estratégicas para las competencias sectoriales y el diseño de los planes de formación transnacionales para la industria de la construcción».
González describió el contexto legal, económico y social en el que nos encontramos actualmente, un marco en el que la Unión Europea (UE) ha puesto su foco de interés en la eficiencia energética, con grandes inversiones: “Si tenemos a ‘Pepe Gotera y Otilio’ [famosos personajes de ‘chapuzas a domicilio’ de Mortadelo y Filemón], no vamos a ser competitivos, tenemos que contar con buenos profesionales, cualificados y preparados para hacer frente al rendimiento energético de los edificios, que es clave para los objetivos europeos”.
Carencias que completar y barreras que superar
En este sentido, recordó que la Estrategia para una competitividad sostenible del sector de la construcción y de sus empresas COM (2012) 433 apunta una serie de carencias que hay que cubrir, tales como: falta de trabajadores cualificados, necesidades de nuevas competencias específicas no contempladas en el sistema de Educación y Formación Profesional (EFP), necesidad de cualificación por la transición a una economía baja en carbono y fortalecimiento del capital humano de la industria de la construcción, entre otras.
Para ello, el sector debe abordar aspectos esenciales para superar estas barreras y anticipar las necesidades de competencias que requieren las empresas, atraer aprendices hacia la construcción, llevar a cabo iniciativas en eficiencia energética (EE), fomentar competencias TIC y continuar las experiencias Build up Skills de los países europeos participantes.
Y es que, como indicó Javier González, el 40% de las empresas en Europa tiene problemas para encontrar profesionales con las habilidades que necesitan para crecer e innovar”. Respecto a la industria de la construcción, el representante de la Fundación explicó las iniciativas que está impulsando la Comisión Europea (CE). Por una parte, la colaboración de los Consejos de Competencias Sectoriales y las Alianzas Sectoriales de Competencias (SSA, por sus siglas en inglés), así como un enfoque europeo estratégico sectorial, llamado Blueprint, que se empezará a desarrollar en próximos meses. Por otra, el impulso de cualificaciones en el ámbito europeo, para el que la CE alienta a los Estados Miembros a adaptar las cualificaciones y los programas formativos a las nuevas demandas del mercado y a proporcionar modelos energéticos innovadores y nuevos programas de Formación Profesional (FP) centrados en el clima y la EE.
Mejora de la formación y la especialización
Por su parte, Beatriz Oliete, técnica de Proyectos Internacionales de la Fundación Laboral de la Construcción y responsable del proyecto Bus.Trainers, que persigue la mejora de la formación y especialización para formadores de FP de la construcción en eficiencia energética y energías renovables, presentó los resultados alcanzados en esta iniciativa hasta ahora y los objetivos y fases que quedan por alcanzar.
Dos de los hitos fundamentales que pretende Bus.Trainers son: proporcionar una plataforma que sirva de apoyo al aprendizaje continuo de la comunidad docente y de impulso para la colaboración entre expertos; y desarrollar una cualificación sectorial europea, ‘Eco-formador en el sector de la construcción’, reconocida en los cinco países participantes con principios de EQF, ECVET, EQAVET.
Además, la investigadora dio a conocer los primeros resultados del proyecto: el «Informe sobre la brecha de competencias ‘verdes’ de formadores de EFP de la industria de la construcción», un «Mapa y Perímetro de competencias ‘verdes’ final» y la cualificación ‘Eco-Formador de la industria de la construcción’, que se pondrá en marcha en el segundo semestre de 2019.
José Antonio Ferrer, jefe del Grupo de Investigación sobre Análisis Energéticos en Entornos Urbanos de la Unidad de Investigación en Eficiencia Energética en Edificación del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), adscrito al Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, a través de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, se centró en las «Necesidades de capacitación derivadas de la normativa europea y española en relación a la eficiencia energética en los edificios».
Los usuarios, como gestores del autoconsumo
Ferrer resaltó que si bien la capacitación de los técnicos es imprescindible, la de los usuarios es fundamental, por el “decidido apoyo al autoconsumo” que marca la directiva europea de energías renovables (EERR), ya que “los ciudadanos se convierten en gestores de su consumo de energía”. Los proveedores de combustibles, por su parte, tienen la obligación de incorporar EERR en un 1% anual hasta 2030 y capacitar e informar a los usuarios, entre otras cuestiones.
El representante de Ciemat aseguró que “más del 50% del objetivo de incremento de la eficiencia energética y energías renovables, provendrá de la edificación” y, según el experto, se puede lograr sin hacer grandes medidas, simplemente “haciendo buena construcción”.
José Antonio Ferrer destacó el papel esencial que juegan las auditorías energéticas y los sistemas de gestión energética, así como la habilitación de los auditores y la necesidad de aumentar este colectivo. “No es que no tengamos ese cuerpo de técnicos en España, sino que no son suficientes para abordar este tipo de auditorías de obligada realización”.
También recordó que a partir de 2020, todos los edificios que se construyan serán de consumo de energía casi nulo (ECCN) y que los organismos públicos deben llevar una acción ejemplarizante en la rehabilitación de edificios. La normativa europea empieza a dejar de lado la edificación como elemento aislado para comenzar a acometer el concepto global de ciudades inteligentes (smart cities).
¿Y de qué manera se puede afrontar este cambio?
Para José Antonio Tenorio, científico titular del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETCC), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es cuestión de “buscar valor añadido en las competencias profesionales, cambiar de velocidad, aprovechar que España es el país del sol para llegar a la sostenibilidad y, en definitiva, a través de la calidad”.
En su intervención sobre el «Fomento de competencias en eficiencia energética (EE) y sistemas de energías renovables (EERR) en la Formación Profesional (FP)», Tenorio comentó que la edificación cuenta con amplios avances tecnológicos, como el caso de BIM, que la industria debe aplicarlos a su funcionamiento y actualizar los conocimientos, puesto que la tecnología evoluciona día a día. Sin embargo, expuso que hay que dar valor a la concienciación y la actualización de conocimientos de formadores, profesionales y empresas para “construir bien”: “Las necesidades formativas y las estrategias de formación en edificación y, sobre todo, en rehabilitación energética de edificios, son claras para fomentar la EE y EERR y para acometer los objetivos establecidos por la Unión Europea. Y no podemos olvidar que la importancia de la correcta ejecución con altos estándares de calidad y prestaciones de la obra terminada es clave”.
Además, el representante del IETCC-CSIC apuntó que “la EE y la rehabilitación del parque edificatorio es una oportunidad de trabajo” y finalizó afirmando que “proyectos como Build up Skills y Bus.Trainers demuestran su validez para proporcionar el análisis y los medios para hacerlo posible”.
En busca del equilibrio entre velocidades
Begoña Leyva, responsable del departamento de Medio Ambiente de la CNC, ofreció unos apuntes finales, a modo de conclusión, con una explicación metafórica muy clara. “Hoy ha quedado patente que, en los temas de eficiencia energética y energías renovables en la industria de la construcción, cada agente implicado va a una velocidad totalmente diferente: La normativa europea va a velocidad de cohete, la legislación española todavía va en bicicleta, la gran mayoría del sector va a paso de tortuga y los usuarios son como peces nadando en un mar de información, gran parte de la cual, ni comprenden”.
En relación a la UE, Leyva incidió en lo expuesto por José Antonio Ferrer sobre que “las nuevas directivas ponen el énfasis en ampliar el ámbito de actuación de los edificios como unidades aisladas a los distritos (distritos de consumo de energía casi nulo) y en contemplar a los edificios no sólo como consumidores de energía, sino también como generadores”.
Respecto a la legislación española, la representante de la CNC aseguró que “todavía no hemos terminado de transponer todos los aspectos de las vigentes Directivas de eficiencia energética y ya tenemos que empezar a pensar en la transposición de las que están actualmente en tramitación”. Por otro lado, coincidió con José Antonio Tenorio en cuanto a que “no se ponen en valor los distintos tipos de etiquetas ecológicas (voluntarias y obligatorias) que existen ni se comprueba la validez de los certificados energéticos de los edificios”.
Al referirse a la industria de la construcción, Begoña Leyva explicó que en el sector “suenan los términos de eficiencia energética, BIM, construcción sostenible, etc., pero se sigue construyendo de manera tradicional y se ve lejana la incorporación real y efectiva de todos estos aspectos en el día a día”. De hecho, retomó el informe sobre las lagunas de los formadores del sector de la construcción realizado por el consorcio de Bus.Trainers.
Y los usuarios, como actores determinantes en este proceso, “que sólo atienden a las variables precio y apariencia, y no al resto de prestaciones, tales como calidad o eficiencia energética”, matizó Leyva.
“Entremedias de estos actores, los aquí presentes estamos tratando de equilibrar las diferentes velocidades, al menos en nuestro ámbito de actuación, que es donde tenemos capacidad de incidir. Prueba de ello es el proyecto Bus.Trainers, que trata de mejorar las competencias en EE y sistemas de EERR para los formadores de la industria de la construcción, con el fin de conseguir trabajadores mejor formados (e informados), que facilitarán la incorporación de estos aspectos en las empresas que ya trabajan en ello, pero que no tienen trabajadores cualificados; y arrastrarán a las que todavía no incorporan estos temas”, resumió Begoña Leyva.
Por último, añadió: “No podemos olvidar que los trabajadores del sector son también usuarios, que podrán comprender y valorar la información facilitada en las etiquetas y prestarán atención a otro tipo de variables a la hora de adquirir bienes.
Este encuentro profesional abrió un debate con aportaciones muy valiosas de los asistentes, sobre la formación de formadores, el perfil del formador y el reconocimiento de la cualificación ‘Eco-formador del sector de la construcción’, que despertó gran interés.